92% Tempranillo: Variedad dominante. Aporta estructura, cuerpo y profundidad al vino, con notas intensas de fruta roja madura y un tanino elegante.

3,5% Viura: Uva blanca que aporta frescura, acidez equilibrada y un matiz floral sutil que realza la complejidad aromática.

3% Malvasía Riojana: También blanca. Contribuye con toques de fruta blanca, notas florales delicadas y una textura sedosa en boca.

1% Calagraño: Aporta un perfil fresco y ligero, con sutiles notas herbáceas y acidez viva, típica de variedades antiguas y poco comunes.

0,4% Graciano: Conocida por su intensidad aromática y frescura. Potencia los aromas especiados y mejora la longevidad del vino.

0,2% Garnacha: Añade redondez, notas golosas de frutas rojas y una textura más jugosa al conjunto.

0,15% Moscatel: Contribuye con un toque exótico y floral, aportando elegancia y complejidad en nariz.

0,1% Bobal: Muy testimonial. Suma un punto de color y un fondo de rusticidad que aporta carácter.