Único, exclusivo y nuevo.

Producción de sólo 2.000 botellas al año, aunque la marca tiene más de 40 años de antigüedad, era el regalo que el gobierno cubano obsequiaba a altos dignatarios y personalidades.

De color ámbar oscuro brillante, limpio y atractivo, este ron posee un aroma que evoca un aguardiente muy viejo y de diversas etapas de envejecimiento, similar al que buscaban como parte de su botín a los piratas y corsarios que asolaban y saqueaban nuestra bella Isla.

Proveniente de la caña de azúcar, único y verdadero origen del ron cubano. Isla del Tesoro revela un sabor inigualable al paladar cuando se degusta: se hacen presentes las diversas mezclas de bases de rones muy viejas junto al aguardiente también muy viejo, pero en extremo refinado, para dejarnos un agradable sabor y sensaciones bucales a frutos secos, chocolate y vainilla, entre otros. No sólo es de elaboración artesana, su botella y las cajas se hacen de manera artesanal exclusivamente para este lujoso ron, una presentación que recuerda a los antiguos cofres que atesoraban los corsarios y piratas.